París.- Liberada de humos en sus espacios públicos cerrados por la ley que impide fumar en su interior desde 2008, París ha descubierto que los fumadores generan otro problema, la contaminación que provocan las colillas en las calles de la ciudad, que se ha propuesto combatir con información y con multas.
Hasta 35 euros de sanción prevé la ley francesa para quien arroje una colilla a la acera, multa que el Ayuntamiento de París no aplica por ahora, a la espera de equiparse de suficientes ceniceros callejeros como para que los fumadores no encuentren excusas.
Por el momento, la ciudad de la luz cuenta con unos 2.000 ceniceros en sus calles, un número insuficiente, según relata a Efe el concejal de Limpieza, François Dagnaud.
MsH: En las ciudades de avanzada se han dado cuenta hace tiempo de la contaminación producida por los desechos del cigarrillo, ya sea en las calles, parques o playas. Los fumadores se ven cercados y, en gran número, agradecen la ayuda que esto significa a la hora de dejar su adicción. Ojalá tengamos la madurez suficiente como sociedad y miremos el bien común, en vez de nuestro metro cuadrado. Mejor sin Humo...
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